Se va de Yahoo con US$ 186 millones

Educación
03/05/2017 711 vistas

Los días de la directora ejecutiva, Marissa Mayer están contados en Yahoo . Le quedan menos de dos meses al frente de la compañía. Pero no se irá con las manos vacías. La todavía consejera delegada de la puntocom va a embolsar 186 millones de dólares como resultado de la venta del negocio de Internet a la compañía de telecomunicaciones Verizon, para integrarla con Aol. Los accionistas votarán la compra el mes próximo.

Yahoo informó hace un mes de que Mayer recibiría una compensación valorada en US$ 23 millones por su salida. Esa cifra se multiplica ahora por ocho, de acuerdo con el detalle remitido al regulador bursátil. La nueva cifra incluye US$ 84 millones de dólares en opciones sobre acciones y US$ 25 millones en títulos restringidos. Además, acumula 1,6 millones de títulos de Yahoo, que tienen un valor de US$ 77 millones.

Marissa Mayer recibirá esta generosa paga pese a su incapacidad para cambiar las fortunas de Yahoo. La ejecutiva fue fichada hace cinco años para tratar de resucitar una de las compañías más icónicas en Internet y evitar que perdiera el paso ante nuevos actores como Google y Facebook. Pero no tuvo éxito. Los ingresos cayeron y el descontento entre los empleados hizo la situación insostenible. Y en plena negociación con Verizon, la compañía reveló dos ataques masivos que pusieron en compromiso los datos de cientos de millones de usuarios. Yahoo no tuvo otra opción que aceptar una rebaja en el precio inicial de la oferta para salvar la operación, valorada en US$ 4500 millones. La venta de los activos de Yahoo no incluye el negocio en Japón.

El valor de Yahoo se triplicó durante el mandato de Mayer y sus títulos se pagan ahora a cerca de 50 dólares la unidad. La mitad del impulso se la dio la venta a Verizon. El otro factor de sustento está vinculado al estreno bursátil de Alibaba. Los activos en el conglomerado de e-commerce chino también están al margen de la operación y cotizarán en una entidad separada junto a Yahoo Japan.

Fuente: La Nación